La propuesta de Estados Unidos e Israel de controlar la distribución de suministros se presenta bajo el pretexto de facilitar la distribución de ayuda humanitaria. Esta propuesta plantea graves preocupaciones humanitarias, éticas, de seguridad y jurídicas.
Condicionar la ayuda al desplazamiento forzoso y al control de la población es otra herramienta más en la campaña de limpieza étnica de la población palestina que se está llevando a cabo.
Rechazamos y condenamos firmemente cualquier plan que reduzca aún más la disponibilidad de la ayuda humanitaria. También rechazamos que se someta la ayuda a los objetivos de la ocupación militar israelí.
La ayuda humanitaria es bloqueada bajo argumentos sin fundamento

Estamos presenciando, en tiempo real, la creación de las condiciones necesarias para la erradicación de la vida palestina en Gaza.
La obstrucción de la ayuda humanitaria constituye una violación directa de la Resolución 2720 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exige la entrega sin restricciones de la ayuda humanitaria a la población civil.
Las afirmaciones de que Hamás está desviando la ayuda siguen sin verificarse y no justifican en modo alguno tales medidas. Como potencia ocupante, Israel debe facilitar la asistencia humanitaria imparcial a la población que la necesita.
La ONU, los Estados miembros de la UE y todos aquellos que tienen influencia sobre Israel deben hacer uso urgente de su capacidad de presión política y económica para poner fin a la instrumentalización de la ayuda. Es necesario que los suministros humanitarios, los alimentos, el combustible y los medicamentos lleguen de inmediato a la población de Gaza.
Sin alimentos, agua ni refugio: la vida en Gaza es insostenible

Desde la reanudación de los ataques por parte de Israel y la imposición de un bloqueo total de la ayuda el 2 de marzo, Gaza se ha convertido en un infierno en la tierra para los palestinos.
La supervivencia de los palestinos está en manos de las autoridades israelíes. Sin embargo, estos niegan al conjunto de la población el acceso a alimentos, agua, atención médica y refugio. Israel prosigue su campaña de limpieza étnica destruyendo deliberadamente las condiciones necesarias para la vida.

Ingenieros de agua y saneamiento de MSF evalúan un pozo de sondeo en la ciudad de Beit Lahia, al norte de la franja de Gaza, Palestina.
© Nour Alsaqqa/MSF
Organizaciones como World Central Kitchen y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunciaron que ya no disponen de reservas de alimentos en Gaza. La mayoría de los comedores comunitarios y panaderías han cerrado debido a la falta de suministros.
Nuestros equipos médicos en la ciudad de Gaza registraron un aumento del 32 % en pacientes con signos de desnutrición. Este aumento se produjo en las últimas dos semanas.
La disminución de las reservas de combustible limita la capacidad de desalinizar y distribuir agua. Los centros de salud que aún funcionan, ya de por sí insuficientes en número y capacidad para la población, siguen siendo atacados y sufren una rápida disminución de las reservas de medicamentos y otros suministros esenciales.
Israel impide la ayuda mientras desplaza por la fuerza al 70% de la población de Gaza

Nuestros equipos en Gaza no han recibido suministros durante 11 semanas. Se enfrentan a una escasez crítica de artículos médicos esenciales, como gasas y guantes estériles.
Las órdenes de evacuación de Israel y las zonas militares a las que está prohibido acceder cubren ahora el 70 % de Gaza.
La población ha sido trasladada por la fuerza de un lugar a otro, sin que ninguna zona de Gaza se haya librado de los ataques. La situación es tan desesperada que nuestros equipos han atendido y dado de alta a pacientes que han regresado con nuevas heridas poco después.
El plan de Israel de instrumentalizar la ayuda es una respuesta cínica a la crisis humanitaria que ellos mismos han creado.
Si quisieran, Israel y sus aliados podrían levantar hoy mismo el bloqueo y permitir que la ayuda humanitaria llegara a todas las personas de Gaza cuya supervivencia depende de ella.