Dado el recrudecimiento de la violencia étnica en Darfur, Sudán, durante más de dos años, nos preocupa profundamente lo que ocurre en la región. Las masacres a gran escala cometidas en Zamzam el pasado abril, cuando el campamento fue tomado por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y sus aliados, son un antecedente alarmante. Tememos que esto pueda volver a ocurrir en El Fasher.
Nuestros equipos médicos, que trabajan a 60 kilómetros de distancia, en Tawila, han admitido hoy a decenas de pacientes procedentes de El Fasher en el saturado hospital de la localidad.
Atendemos a cientos de personas desplazadas que huyen de El Fasher
Durante la noche del 26 al 27 de octubre, alrededor de 1.000 personas de El Fasher llegaron en camiones a la entrada de Tawila. Allí hemos instalado un puesto de salud para proporcionar atención de emergencia y derivar a los pacientes en estado más crítico directamente al hospital.
Hasta ahora, unas 300 personas han sido atendidas en el puesto sanitario y 130 han sido enviadas a la sala de urgencias del hospital. Entre ellas, 15 que necesitaban una intervención quirúrgica para salvarles la vida.
Por ahora, parece que muchas más personas siguen atrapadas en El Fasher y sus alrededores. Estamos preparados para responder a una nueva afluencia masiva de desplazados y heridos en Tawila.
La semana pasada, más de 1.300 personas que huían de El Fasher llegaron en camión a Tawila los días 18 y 19 de octubre. Esto se suma al gran número de personas desplazadas por la fuerza que ya se encontraban en la localidad.
Desnutrición y hambruna agravan la crisis en El Fasher
Entre los recién llegados, examinamos a 165 niños y niñas menores de 5 años y descubrimos que tres de cada cuatro padecía desnutrición aguda. Entre ellos un 26% en estado grave.
Esta impactante cifra es testimonio del horror que se está viviendo en El Fasher. La hambruna se ha extendido mientras las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) atacan y sitian la zona desde hace más de quinientos días. Además, estas fuerzas impiden activamente que los alimentos y la ayuda lleguen a la población hambrienta.
Con el aumento de precios, el cierre de comedores, los mercados bombardeados y la ayuda bloqueada, la gente casi no tiene acceso a comida.
